Sábado a la mañana-hace tiempo-. En mi cama te leo pedacitos de Cortázar, mis pedacitos preferidos. Te leo en voz alta, uno, otro, otro... Y mientras te leo(felíz, disfrutando cada segundo), mi cabeza piensa, todo el tiempo, a pesar mio: cuánto voy a extrañar esta mañana cuando ya no estés conmigo...
(y ahí, en ese mismo momento, mientras estaba pasando, mientras seguía leyendo, ahí nomás ya estaba extrañando...)
Imagen: Sebastiao Salgado
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