Puertas

Cada silencio responde a tu búsqueda. No hay más caminos ni horizontes inciertos. Todo florece frente a tus ojos magnificado, desmedido, poderoso. Deslizarse en ese mundo no te exige nada, simplemente voluntad. Todo el resto viene solo, casi un regalo inesperado y brutal que te arrastra y te envuelve. No hay entrada o salida. No hay principio ni fin. Hay un tránsito felíz, infinito, y después nada es igual. Otro tiempo, otro lugar, otras estrellas... y tus ojos, que ahora empiezan a ver.

Imagen: Rene Magritte

Lecciones

Algunos recuerdos se diluyen de a poco. El lastre de dolor y de tristeza se va primero, casi como si supiera que el alma esconde debilidades que no le permiten el lujo de coquetear demasiado con la oscuridad. Hay un peligro raro que acecha tras la melancolía, y cualquier consejo sabio te pide cruzar rápido esa puerta gris y no mirar hacia atrás. Es bueno tener la inteligencia (y la precaución) de no desdibujarse en el intento. Todo empieza otra vez al fin y al cabo, y es más difícil volver al ruedo cuando son muchas y grandes las cicatrices.

Imagen: René Magritte